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Visita de la Gobernación del Meta al sistema Chingaza confirma que no representa riesgo para las comunidades

La Gobernación del Meta, a través de la Dirección Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres (Digerd), participó en una visita técnica al sistema Chingaza por invitación de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), con el objetivo de verificar el funcionamiento de este sistema estratégico y su influencia sobre el río Guatiquía, afluente vital que abastece a Bogotá y Villavicencio.

Durante la visita se revisaron los procesos de captación y descarga del río Guatiquía. Se confirmó que este afluente nace en el páramo de Chingaza y recorre aproximadamente 60 kilómetros hasta llegar a Villavicencio, trayecto que el agua completa en un tiempo estimado de 7 a 9 horas. En la cuenca alta, el río no supera los 8 metros de ancho, mientras que en el piedemonte llanero puede alcanzar hasta 500 metros.

De acuerdo con la EAAB, donde más se produce agua no es en la zona alta de  Chingaza, sino en la cuenca media, donde confluyen numerosos afluentes y las  lluvias son más intensas. En la cuenca alta se registran cerca de 1.800 milímetros al año, mientras que en el piedemonte la cifra asciende a 5.900 milímetros.

La captación que realiza el sistema Chingaza del río Guatiquía se hace a través de una estructura con dos entradas: la primera permite el paso del caudal mediante una compuerta manual que conduce el agua, a través de un túnel de 3,9 metros de diámetro, al embalse de Chuza; mientras que la segunda garantiza que el resto del cauce continúe su curso natural, asegurando lo que se denomina caudal ecológico, que nunca puede ser inferior a 530 litros por segundo.

De esta forma, el río Guatiquía representa un aporte fundamental al sistema Chingaza, que asegura el suministro de agua potable a más de 7 millones de habitantes de Bogotá y 11 municipios aledaños, además de contribuir al acueducto de Villavicencio a través de la bocatoma de Quebrada La Honda.

Seguridad en el manejo de las válvulas

El embalse cuenta con dos válvulas de descarga hacia el río Chuza:

  • Una de 8 pulgadas, que permanece abierta de manera constante, liberando 800 litros por segundo para mantener el caudal ecológico y garantizar la captación en la cuenca media, beneficiando directamente a los municipios aguas abajo.
  • Una válvula de 24 pulgadas, con capacidad de evacuar hasta 39.000 litros por segundo, que solo se utiliza en casos de emergencia o cuando el embalse alcanza niveles máximos de almacenamiento, situación considerada atípica.

De acuerdo con el plan de contingencia de la EAAB, se manejan las siguientes alternativas:

  • Al 90 % de capacidad del embalse, se informa a las autoridades regionales.
  • Al 92 %, se reduce en un 50 % la captación del río Guatiquía sin abrir válvula de fondo.
  • Al 95 %, se cierra por completo la captación del río Guatiquía, sin abrir válvula de fondo.
  • Al 96 %, se cierra la captación y se abre la válvula de 24 pulgadas a 3.000 litros por segundo.
  • Al 98 %, se cierra la captación y se abre la válvula de 24 pulgadas hasta 14.000 litros por segundo.

Este último escenario corresponde a descargas controladas que tardarían entre 7 y 9 horas en llegar a Villavicencio y, según estudios técnicos de modelación hidráulica, generarían un aumento del nivel de agua de entre 45 y 50 centímetros, sin representar riesgos significativos para las comunidades ribereñas. En caso de que el embalse llegara al 100 % de su capacidad, se activa un monitoreo cada dos horas y un esquema de alertas tempranas, en coordinación con la Gobernación del Meta y el municipio de Villavicencio.

Estructura sólida y monitoreo permanente

La presa cuenta con un diseño piramidal, de base ancha y estructura estable. Esta infraestructura dispone de monitoreo e instrumentación permanente, lo que garantiza su seguridad y control. En sus 42 años de operación nunca ha presentado fallas ni emergencias, y su asentamiento sólido constituye una ventaja adicional en caso de sismos.

Tranquilidad para las comunidades

Con esta visita técnica, la Gobernación del Meta reafirma que el sistema Chingaza opera bajo estrictos protocolos de seguridad y, que las descargas, en caso de ser necesarias, son controladas y no representan riesgo de crecientes súbitas ni de emergencias para las comunidades ribereñas del río Guatiquía en Villavicencio.

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