Opinión

Notas Sueltas Mientras Tanto EL RÉGIMEN DEBE CAER: NO SOLO MADURO

(Segunda Parte)

Por: Nino Matus

En el norte, algo se cocinaba. Desde el mismo dia de su posesión, Trump ordeno encasillar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras que amenazan la seguridad estadounidense y la estabilidad del hemisferio, incluyendo al tren de Aragua, los cárteles de Sinaloa, Jalisco nueva generación, nueva familia michoacana, el clan del golfo y cárteles unidos o junta del narcotráfico. El 25 de julio incluyó al llamado cártel de los soles, vinculado con el régimen venezolano, liderado por Maduro y aliado del tren de Aragua y Sinaloa. Posteriormente, el pasado 7 de agosto, aumentó la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares.

Aunque la designación como organización terrorista al cartel de los Soles y a Maduro como su líder, les permitía el uso de su capacidad militar, hasta ese momento todo indicaba que solo vendría endurecimiento en las medidas de presión: congelamiento de activos, sanciones a colaboradores, bloqueo financiero y visibilización de funcionarios maduristas y sus redes criminales, buscando como resultado mayor aislamiento, presión económica y rupturas diplomáticas, como en efecto se vio.

Lo que a continuación sucedió, cambio la partida sobre la mesa: El 8 de agosto otra directiva presidencial autorizo al pentágono a usar las fuerzas armadas contra los cárteles designados como terroristas. En concordancia el 13 de agosto, la fiscal general de Estados Unidos ordeno la incautación d dos aviones de lujo, varias casas, una mansión y otros inmuebles en Florida, una granja de caballos y joyas, avaluados en más de 700 millones de dólares de propiedad de Nicolás Maduro.

Estas dos últimas medidas dejaron claro que el gran objetivo de Trump es sacar a Maduro del poder.

En diferentes escenarios y medios, se empezó a hablar de una invasión militar de USA a Venezuela para derrocar al tirano. Pero esta posibilidad es un tema bien complejo y la opción menos probable. Una invasión requeriría una cantidad enorme de tropas y recursos. No podemos perder de perspectiva que la invasión a Panamá, en el 89, requirió más de 20.000 soldados para tumbar a Noriega y Venezuela no es, ni geográfica, ni económica, ni militarmente igual.

Por ello lo siguiente fue la implementación de una operación militar en aguas y espacio aéreo internacional en límites con Venezuela, con la misión de garantizar vigilancia y control contra el narcotráfico, desplegando una fuerza potente con capacidad para atacar a distancia, en operaciones milimétricas a objetivos militares tácticos. Toda una estrategia de máxima presión político-militar, que combina incremento de sanciones, presión internacional, recompensas millonarias y, podría darse, ataques precisos con su fuerza militar disuasoria.

Ubicados a 22 kilómetros de las playas venezolanas, los potentes destructores, buques de asalto o pequeños portaviones, el letal crucero de misiles guiados, buques escoltas de guerra, el submarino nuclear, aviones de vigilancia, inteligencia e interdicción, aviones de combate de despegue vertical F35B y  helicópteros de ataque, armados todos con misiles balísticos con cabezas nucleares, misiles Tomahawk y de otras clases de largo alcance, los cañón de 127 mm. y los 4500 marines, son un poderío, nunca visto en el caribe para amenazar a un país de la región, en el marco de atacar al narcotráfico por agua y aire.

El objetivo: evitar que en Venezuela, las jugosas utilidades del negocio, sigan siendo destinadas, en gran porcentaje, a pagar la solidaridad y obediencia política y militar.

De esta manera, a la crisis económica del vecino derivada de los bloqueos, sanciones y congelamiento de recursos oficiales en el extranjero se le sumara, en pocos días, el cierre del flujo millonario de dólares con lo que Maduro ya no tendrá como pagar por las lealtades que lo sostienen en el poder.

En conclusión, hay una intervención fuerte de una potencia mundial con una movilización militar que busca presionar al régimen para que Maduro renuncie o sea derrocado. En ese sentido l mensaje de la más importante y valiente líder opositora, María Corina Machado, es claro: reiterar su llamado a los militares, para que no apoyen al gobierno de Maduro y eviten un derramamiento de sangre, una crisis humanitaria y un conflicto social de proporciones mayúsculas que solo perjudican al bravo pueblo venezolano.

En los días inmediatos, veremos qué tanta gasolina tiene Maduro y qué tanta gasolina pone Trump. Las cosas están pasando rápidamente y habrá que estar atentos a la reacción de China e Irán porque Rusia ya parece neutralizada con USA mirando para otro lado en Ucrania; como acabara el realineamiento de América, especialmente México, Brasil y Colombia, cuando haya que pasar de la retórica a otro nivel; que tan osado será Maduro para lanzar un ataque de cualquier tipo a alguna de las unidades estacionadas en el caribe frente a sus costas y que tan caliente tiene el dedo Trump para apretar el gatillo.

¡Duele Venezuela!, pero ahora si podemos decir que el cartel de los soles y el tiránico Nicolás Maduro tienen los días contados.

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