
Notas Sueltas Mientras Tanto, UNA VIA PARA LA VIA.
Estrategia integral para mitigar los trancones y cierres en la vía Bogotá–Villavicencio
Presentada por: Diputado Wilmar Orlando Barbosa Rozo – Asamblea Departamental del Meta
1. Introducción: por qué necesitamos una nueva estrategia
La vía Bogotá–Villavicencio es el principal corredor entre la capital y los Llanos Orientales. Cada cierre inesperado, cada trancón interminable, no solo frustra a los viajeros: golpea la economía, encarece los alimentos, paraliza el turismo y pone en riesgo vidas humanas.
El reciente artículo “La geología ignorada en los derrumbes de la vía al Llano” publicado por la Universidad Nacional confirma algo que llevamos años advirtiendo: los problemas de fondo no son simples accidentes, sino una mezcla de geología inestable, agua mal manejada y decisiones de infraestructura sin un enfoque preventivo.
No podemos resignarnos a que la carretera de los Llanos sea sinónimo de colapso. Hoy propongo una estrategia integral, escalonada y medible, para reducir en el corto y mediano plazo los trancones y cierres que tanto afectan a nuestro departamento.
2. Diagnóstico resumido
- Los deslizamientos se concentran en sectores como Cuatro Carriles–Chipaque y el kilómetro 58 en Guayabetal, zonas con depósitos sueltos, arcillas saturables y pendientes pronunciadas.
- La intervención humana (cortes de ladera, túneles, drenajes mal orientados) ha debilitado los taludes.
- El agua —lluvias, filtraciones, escorrentías— es el principal gatillo de movimientos de masa.
- Las obras de contención, aunque valiosas, muchas veces se diseñan sin atender al tipo de falla (rotacional, flujo de detritos, caída de bloques).
- El monitoreo es fragmentado y reactivo; faltan umbrales claros de lluvia y deformación para decidir cierres preventivos breves, en vez de clausuras prolongadas.
3. Propuesta de estrategia
3.1. Acciones inmediatas (0–30 días)
- Gestión de tráfico:
- Ventanas horarias para transporte pesado en tramos críticos.
- Carriles reversibles los domingos y festivos.
- Apartaderos temporales para sobrepaso seguro.
- Respuesta rápida:
- Grúas, carrotanques y cuadrillas 24/7 en Chipaque y Guayabetal, en cercanías a los puntos críticos ya identificados.
- Protocolo de desvíos con señalización clara.
- Información al usuario:
- Paneles de mensajería variable en los peajes. Uso de ITS para la adecuada gestión del tráfico de la vía.
- Boletines en redes y radio cada 30 minutos durante emergencias.
- Monitoreo básico:
- Pluviómetros y cámaras en puntos estratégicos.
- Semáforo operativo según intensidad de lluvia.
3.2. Medidas de estabilización (1–6 meses)
- Limpieza periódica de cunetas y drenes.
- Mallas, bulonado superficial y bermas drenantes en taludes con caídas frecuentes de material.
- Barreras dinámicas en cortes altos.
- Sala de control conjunta (concesión, DITRA, Gestión del Riesgo) con tablero en tiempo real.
- Incentivos tarifarios para descongestionar horarios pico.
3.3. Soluciones estructurales (6–24 meses)
- Drenes horizontales profundos y revestimientos hidrorepelentes en cortes arcillosos.
- Muros anclados o soil nailing en deslizamientos con planos definidos.
- Bahías permanentes para detención de vehículos y apartaderos para incidentes.
- Sistema de alerta temprana con sensores de lluvia, humedad y deformación, integrado a aplicaciones móviles.
3.4. Refuerzo institucional y normativo (0–6 meses)
- Coordinación interinstitucional ampliada:
- Integrar formalmente a la ANI, Invías, Superintendencia de Transporte y Superintendencia de Industria y Comercio en el comité de gestión de la vía.
- Establecer un protocolo único de respuesta ante emergencias, con roles definidos por entidad.
- Control de precios y abusos:
- Activar vigilancia de precios de alimentos y tiquetes durante cierres prolongados.
- Publicar reportes semanales de afectaciones económicas y medidas de mitigación.
3.5. Tecnología y analítica predictiva (6–24 meses)
- Integración con plataformas nacionales:
- Conectar sensores de lluvia y deformación ubicados en los puntos críticos al Sistema de Información de Riesgo (SIRE) y al IDEAM.
- Desarrollar una API pública para que aplicaciones móviles y GPS accedan a alertas en tiempo real.
- ITS y analítica avanzada:
- Utilizar la información recolectada con las cámaras con reconocimiento de placas y conteo vehicular para modelar congestión.
- Usar inteligencia artificial para predecir cierres con base en clima, tráfico y deformaciones.
4. Cronograma y metas
Horizonte | Objetivo clave | Meta |
0–30 días | Mejorar fluidez en cierres menores | Despeje <30 min, colas <5 km |
1–6 meses | Reducir cierres no programados e impacto económico | -20% frente al último año
-30% pérdidas diarias por cierres |
6–24 meses | Estabilizar puntos críticos
Mejorar Capacidad de Predicción |
-40% cierres y sin víctimas graves
Alertas con 12h de anticipación en el 80% de los eventos |
5.Llamado a la acción
- Presentar un plan con presupuesto y responsables en los tres horizontes aquí descritos.
- Publicar protocolos de umbrales para lluvias y deformaciones.
- Rendir cuentas trimestralmente sobre avances y cierres evitados.
- Priorizar la inversión en los sectores de mayor riesgo geológico.
- Exigir a los entes de control que pongan en cintura a todas las autoridades involucradas, y promover un mayor compromiso de la Gobernación de Cundinamarca y de su Secretaría de Movilidad para establecer controles estrictos y sostenidos que garanticen la seguridad y continuidad del tránsito por este corredor vial.
Conclusión
La vía al Llano no puede seguir siendo rehén de la improvisación ni del olvido técnico. Cada cierre no programado, cada trancón prolongado, representa una falla estructural que afecta la competitividad del Meta, vulnera la seguridad vial y debilita la confianza ciudadana en nuestras instituciones.
Hoy tenemos la oportunidad de cambiar ese paradigma. Con planificación rigurosa, ciencia aplicada y voluntad política sostenida, podemos transformar este corredor estratégico en un símbolo de conectividad confiable, resiliencia operativa y desarrollo territorial.
Esta estrategia no es una lista de buenas intenciones: es una hoja de ruta medible, escalonada y exigible. Invito a esta plenaria a respaldarla con decisión, a exigir compromisos concretos para su implementación, y a convertir la vía Bogotá–Villavicencio en un ejemplo nacional de gestión preventiva, articulación interinstitucional y respeto por la vida.