Opinión

Reforma Laboral y sus verdades

Autor: David Mora. Economista, Mgtr Economía del Desarrollo Metropolitano y Regional, analista económico y docente universitario.

El presidente Gustavo Petro sancionó la Reforma Laboral aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes. Sobre lo aprobado se ha dicho de todo, los sectores de Gobierno la presentan como la gran revolución obrera mientras los sectores de oposición la presentan como la gran crucifixión empresarial. Ambos están mintiendo.

Es necesario sincerar el debate público en el país, para que tanto trabajadores como empresarios puedan ver con claridad la magnitud de lo aprobado y comprender lo que se viene. Veamos.

¿Es una gran Reforma Laboral?

La verdad es que el texto aprobado está lejos de ser una gran Reforma Laboral, tanto para los trabajadores como para los empresarios, y no es por el número de artículos ni páginas escritas, sino por su contenido. 

Por el lado de los trabajadores formales, de entrada, la reforma está lejos de recuperar los derechos laborales quitados durante la Reforma Laboral del Gobierno Uribe con la ley 789 de 2002 y las minireformas de gobierno posteriores. 

Por el lado de los empresarios, la reforma es un retroceso al no incluir políticas económicas estructurales dirigidas a las MiPymes del país, de tal forma que puedan aumentar la generación de valor agregado y la productividad, único camino para mantenerse a flote con el incremento de algunos costos laborales.

En esencia la reforma desconoce que vivimos en un país subdesarrollado con un PIB percápita de tan solo $7.000 dólares anuales, con un aparato productivo débil, donde las MiPymes representan el 99,5 % del total de empresas en el país, generan el 80 % del empleo formal y aportan el 40 % del PIB. Un país donde el rebusque, la informalidad del 57%, es mayor al empleo formal.

Por eso es que toda Reforma Laboral que recupere justos derechos laborales debe ir acompañada de política económica empresarial, sino es así, no hay que celebrar.

Lo positivo

La verdad es que la Reforma Laboral recupera algunos derechos laborales, pero varios con peros. Entre los más cacareados por los sectores del gobierno está el artículo 10, el cual establece que el trabajo diurno va de 6 am a 7 pm, pero este debería ser hasta las 6 pm como estaba antes de la reforma de Uribe. Este derecho se recuperó a medias.

Por su parte el artículo 14 es bien contradictorio, porque al tiempo que recupera el derecho al pago de recargo del 100% “sobre el salario ordinario en proporción a las horas laboradas” en caso de trabajar los días de “descanso obligatorio, o de fiesta”; en el parágrafo 3 borra el domingo como día de descanso obligatorio y permite que se pueda establecer cualquier otro día. Esto permite que se establezcan los lunes como días de descanso obligatorio, por ejemplo,  lo que le ahorraría al empresario el pago de 10 días festivos anuales de acuerdo al numeral 2 del mismo artículo. Además de dificultar al trabajador la reunión y unificación familiar.

El mencionado artículo 21 le da carácter de contrato laboral especial al contrato de aprendizaje para aprendices del SENA e instituciones técnicas, con remuneración de hasta el 100% de un salario mínimo mensual (SMMLV), pero al regirse por las normas del Código Sustantivo del Trabajo (CST) somete a los estudiantes a mayores tareas y responsabilidades labores dentro de la empresa patrocinadora. 

Mejor le va a los internos de medicina, ya que en el artículo 22 se incluye la remuneración mínima de un SMMLV, al que no tenía derecho durante su “internado obligatorio rotatorio”.

Lo negativo

La verdad es que la Reforma Laboral tiene aspectos muy negativos tanto para los empresarios como para los trabajadores.

Desde el punto de vista de los empresarios, lo principal es que las únicas políticas económicas incluidas en los artículos 35 y 43, con el programa CREA Empleo y el Programa de primer empleo y de último empleo respectivamente, no le sirven a las MiPymes. Estos programas serán beneficios por nuevos empleos, pero la preocupación empresarial está en el incremento de los costos de nómina actual.

Ni hablar del artículo 63, sobre el acompañamiento a las Pymes para la formalización laboral; un auténtico saludo a la bandera, porque es una misionalidad del Ministerio del Trabajo que no requiere reforma para cumplirla, solo voluntad.

Con o sin reforma, el Gobierno Petro debe tener créditos especiales, subsidios a la tasa de interés, participación en compras públicas, subvenciones para maquinaria y equipo, promover proyecto de ley para reducir impuesto de renta entre otras tantas políticas dirigidas a las MiPymes con el fin de promover el empleo digno y la reducción real de la informalidad.

Desde el punto de vista del trabajador, la situación pinta mucho peor. El Gobierno Nacional cedió todo el capítulo de derechos colectivos – base fundamental de la organización sindical -, con más de 20 artículos eliminados del proyecto inicial. También aceptó la eliminación de los artículos sobre estabilidad laboral reforzada, licencia de paternidad, garantías del derecho de asociación y protección de los derechos sindicales, entre otros.

La reforma mantiene en contra de los trabajadores la tercerización laboral y la subcontratación con los artículos 44 y 45. No acaba los contratos OPS como se prometió en campaña. Tampoco se garantiza la estabilidad laboral al mantener los contratos por obra o labor y a término fijo, incluida la restricción de cuatro años para convertirse en contratos a término indefinido, como indican los artículos 5 y 6.

Como si fuera poco, se crearon nuevas modalidades de flexibilización laboral que precariza el empleo, referente a trabajadores digitales, teletrabajo y promoción del trabajo a distancia con los artículos 24, 25, 52 y 55.  Además de deformar el concepto de trabajo digno, reduciéndolo al pago parcial de la seguridad social con los artículos 27, 33, 34 , 61 y 65. Condenando a los trabajadores a no recibir una pensión, sino un bono pensional. Cumple así el Gobierno Petro el sueño de la OCDE, el FMI y el Banco Mundial, de mano de obra flexible y barata al servicio del gran capital.

Estas son las verdades de la Reforma Laboral, por eso el congresista del Pacto Histórico, David Racero, investigado por explotación laboral, salió a celebrar su aprobación. Él sabe que sin un Ministerio del Trabajo comprometido con los trabajadores y sin políticas económicas para las MiPymes, lo positivo no se cumplirá mientras que lo negativo se volverá ley, ¿ese era el cambio?.

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