Opinión

Petróleo y gas contra reloj

Autor: David Mora, Economista, Mgtr Economía del Desarrollo Metropolitano y Regional, analista económico y docente universitario.

El pasado 24 de mayo de 2024 el Ministerio de Minas y Energías junto a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) publicaron el informe anual de reservas y recursos (IRR) de petróleo y gas para el cierre del año 2023. Los resultados no son alentadores, son bien preocupantes. Veamos.

Según el informe del gobierno nacional las reservas probadas de petróleo, que son las que cuentan a la hora de la verdad, cayeron de forma importante. En términos absolutos pasamos de 2.073 millones de barriles (Mbl) en 2022 a 2.019 Mbl a 2023, una disminución de 54 Mbl en un año. En otras palabras, teniendo en cuenta la explotación actual de crudo, el país pasó de tener reservas probadas para 7,5 años en 2022 a tan solo  7,1 años en 2023.

Entre más se detallan los resultados mayor es la preocupación.Según el informe del gobierno nacional, la producción o consumo anual de petróleo fue de 283 Mbl mientras que, la incorporación total anual de petróleo tan solo fue de 229 Mbl,  lo que llevó a tener una Relación de Reemplazo de Reservas (I/P) del 81%, muy por debajo de la media de los quince años anteriores (2008 a 2022) que fue del 115%.

Si en el petróleo llueve en el gas no escampa. Las reservas probadas de gas pasaron de 2.816 giga pies cúbicos (Gpc) en 2022 a 2.373 Gpc en 2023, lo que indica una importante disminución del -16%, unos 444 Gpc menos. Medido en años, pasamos de tener 7,2 años de reservas a tan solo 6,1 años.

La situación del gas se agrava, como lo demuestra la incorporación total anual de reservas en 2023 que fue negativa en -58 Gpc: Lo mismo ocurre con la Relación de Reemplazo de Reservas que también fue negativa en -15%, muy por debajo de la media total del quindenio (2008 a 2022) que fue del 84% donde solo se observó una relación negativa en 2014. No cabe duda que el gas en Colombia se ha convertido en un hidrocarburo en vía de extinción. 

El informe hace una amplia referencia a los recursos contingentes, para tratar de dar “tranquilidad” sobre la realidad energética que afronta el país. Este tipo de recursos  descubiertos son aquellos “que actualmente no son considerados comerciales debido a una o más contingencias”, en otras palabras, hoy están en el limbo, no se pueden extraer por tanto no se tienen en cuenta, no dan tranquilidad.

Es cierto que las reservas de petróleo y gas venían mal desde los gobiernos anteriores. Lo nuevo, es que el cambio implementado por el actual gobierno ha sido para empeorar la situación en vez de mejorarla. 

Por ejemplo, ninguno de los gobiernos anteriores, ni siquiera el más apátrida, se atrevió a suspender la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. Esa decisión, ha sido de las políticas más antinacionales establecidas por un gobierno en los últimos treinta años, equiparable con la firma de los TLC con potencias mundiales que quiebran nuestra producción y empujan a millones de colombianos al desempleo y al rebusque.

El gobierno Petro justifica su negativa a firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos debido a su “lucha” contra el cambio climático y a su “compromiso” con la necesaria transición energética. Lo que no dice, es que en ambas tareas va crudo. 

En cuanto al cambio climático, la mayor tarea para Colombia es la de parar la deforestación no la de parar su desarrollo económico. En contravía de acuerdo con el Ministerio de Ambiente, la deforestación aumentó en 40% durante el primer trimestre de 2024 con respecto a 2023, después de haberla disminuido alrededor del 30% durante ese año. Borran con una mano lo poco que hacen con la otra.

Además, el país a nivel mundial, prácticamente ni contamina. Solo aporta el 0,4% de los gases efecto invernadero (GEI) responsables de la crisis climática, mientras el G20 (los 20 países más desarrollados del mundo) son responsables del 78% de los GEI. No hay duda que los países pobres son víctimas de los efectos de la crisis climática impuesta por los países ricos. Estos últimos deben asumir con urgencia su responsabilidad sin sacrificar a la economía de los primeros.

En cuanto a la transición energética, es eso, una transición, que no se logrará antes de 2030 como evidencia la realidad nacional y la internacional. En cambio para ese año, si todo sigue como va, el país se quedará sin capacidad de explotar su petróleo (2030) y su gas (2029), lo que generará enormes efectos negativos para la economía y para la sociedad, sin que esto aporte de forma positiva y significativa a la crisis climática mundial.

En resumen, el país dejaría de recibir ingresos que necesitamos para avanzar. Muestra de ello es el anuncio del gobierno Petro de realizar un recorte presupuestal de $20 billones de pesos, lo hará en el 20% de la inversión pública nacional en vez de tocar el 20% del pago al capital financiero internacional, manteniendo así el manejo tradicional de la política macroeconómica del país. Más de lo mismo.

Este recorte evidencia, entre otras, la urgencia de aumentar la exploración y explotación de hidrocarburos. Estos aportaron, tan sólo vía Ecopetrol, el 11% presupuesto nacional en 2023, unos $58 billones originados así, $22 billones en dividendos, $26 billones en impuestos y $10 billones en regalías.

En fin, el petróleo y el gas en Colombia tienen los años contados, no hay tiempo que perder. Urge que el gobierno nacional corrija y vuelva a firmar nuevos contratos de exploración y explotación de estos hidrocarburos, estamos contra reloj. Quedamos advertidos.

Redes: @DavidMoraNar

Crédito Llanogas

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