Opinión

NOTAS SUELTAS MIENTRAS TANTO. MADURO SE POSESIONA Y LA DEMOCRACIA SE RESIENTE

Por: Nino Matus

Los primeros 8 renglones los escribí hace 6 meses y hoy siguen vigentes. (https://www.facebook.com/share/p/1E3smFbcJc/)

¡Duele Venezuela!

Su situación es igual a la que describió Álvaro Gómez durante el gobierno de Ernesto Samper: “… el Presidente no se cae, porque nadie lo está tumbando; pero tampoco se puede quedar”. Dijo además: “lo que hay que tumbar es al régimen”……, allí, “la política y el gobierno ya no se rigen por el valor supremo de la solidaridad, sino por el vínculo oscuro de la complicidad y el silencio…., como en la mafia”.

…………………….

Nicolás Maduro perdió las elecciones de julio 2024 pero hoy, 10 de enero 2025, tomó posesión. Con él continuara un régimen investido de un carácter cada vez más dictatorial y tiránico. Un gobierno espurio, pero con control absoluto de todos los poderes, especialmente el militar.

La lucha de Edmundo Gonzales, el presidente legítimamente elegido, de la valerosa María Corina Machado y de los líderes y lideresas en Venezuela o en el exilio, cuenta con el más alto apoyo de venezolanos fuera y dentro, con la simpatía de millones de ciudadanos en el mundo y con un alto número de gobiernos extranjeros. Pero no han logrado acumular la totalidad de factores reales para obligar a Maduro a dimitir ante el fraude electoral comprobado.

 El régimen se siente fortalecido por el respaldo popular obtenido por cualquier medio, así como por el apoyo de Rusia, China, Irán y Corea del Norte principalmente. Además, la negativa de Donald Trump a recibir a Edmundo González en Miami, sumada a las declaraciones de su senador Bernie Moreno en la instalación del congreso  “Trump trabajará con Maduro, porque él es quien va a tomar posesión del cargo”, sugieren que el gobierno de EE.UU. podría adoptar una posición más flexible hacia el régimen. Según Moreno, “al final del día los intereses de los EE.UU.” se centran en detener el tráfico de drogas, devolver a los venezolanos ilegales y promover negocios con los Estados Unidos en lugar de con Rusia y China.

Como lo manifesté hace 6 meses: tumbar un dictador como el de Venezuela, es un imperativo. Pero solo se logra con un golpe de estado de los militares para instalar el poder legítimo ganado en las urnas, o con una intervención militar extranjera apoyada por los ciudadanos para el mismo fin. Y aunque en el continente ambas opciones ya han ocurrido financiadas por USA, en esta oportunidad ninguna de las dos acciones parece que vaya a suceder, por lo menos en el inmediato futuro.

Para estos propósitos es fundamental el valiente movimiento de resistencia civil en las calles del país vecino, que cada vez estará más aislado, aumentará la presión sobre el ánimo de algunos sectores de las fuerzas armadas y seguirá debilitando al gobierno, buscando desencadenar una actitud más beligerante de la comunidad internacional, dígase Estados Unidos y sus aliados. También ya ha sucedido pero toma tiempo y el costo en sangre es impredecible.

 Mientras tanto, Colombia, con una frontera activa de 2219 kilómetros y 12 millones de personas, 1 millón 238 mil colombianos viviendo allí, 2 millones 800 mil migrantes y refugiados del país vecino aquí, con exportaciones de más de 885 millones de dólares en el 2024 y una opción cierta de expandir el comercio bilateral. El gobierno nacional tiene que manejar con firmeza, pero con mesura, las relaciones diplomáticas con el vecino país, adoptando el pragmatismo de los gringos, velando por la defensa y protección de la democracia, los derechos humanos, el derecho a la protesta y la libertad, exigiendo elecciones libres, sin necesidad de ser aliados o amigos…, o enemigos. (Recomiendo ver la declaración del canciller de Colombia del día de ayer).

Romper relaciones con Venezuela, como pide la oposición al gobierno Petro buscando emociones y redito político, cuando se está a miles de kilómetros, con una balanza comercial de 0 y sin migrantes de lado y lado, es fácil como lo han hecho otros países.

 La explosión en redes sociales de rechazos, condenas, descalificaciones, agravios e insultos de bodegas, inducidos y sectores políticos, buscan más aplausos aquí que efectividad allá, pero nada más. Hay que recordar que ya han pasado 52 mil horas desde cuando Duque, de manera teatral, dijo en febrero de 2019, que “… a la dictadura de Venezuela le quedan muy pocas horas porque hay un nuevo régimen institucional que se está creando, gracias al trabajo de Colombia y otros países”.

 En verdad ¡Duele Venezuela!

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba