NOTAS SUELTAS MIENTRAS TANTO 100 AÑOS (De La Tierra De Promisión A La Vorágine)
Por: Narciso Matus
Que no pase desapercibido el centenario en estas notas. Pero como tanto se ha dicho y escrito sobre la novela, el autor, los personajes, las rutas, la apropiación regional etc., me atrevo a intentar una mirada desde antes de que fuera escrita (Nemd).
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Con un lenguaje simbólico y en ocasiones poético, La Vorágine desarrolla una historia que sigue a Arturo Cova, un poeta, intelectual, mujeriego y pobre, que huye hacia el Casanare con su amada Alicia, hija de una familia adinerada condenada a casarse con un terrateniente rico, feo y viejo. La inesperada desaparición de Alicia, lleva a Aturo a un recorrido por parte de los llanos y la selva en época del predominio de las casas caucheras, hasta que finalmente la encuentra y se internan en la selva con su hijo recién nacido hasta que no queda “Ni rastro de ellos. ¡Los devoró la selva”.
La novela explora temas como la violencia y la esclavitud causada por la bonanza del caucho en las selvas de la amazonia, la naturaleza de los llanos colombo-venezolanos, la decadencia de la sociedad colombiana entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, la tensión entre civilización y barbarie y la lucha por la libertad a toda costa.
Considerada como la obra maestra del modernismo colombiano e hispanoamericano, el 24 de noviembre de 1924 fue publicada la primera edición de novela dedicada a “Al eximio literato y poeta doctor don Antonio Gómez Restrepo”, crítico literario, diplomático, senador, ministro de estado y buen amigo del autor. Fue escrita por el huilense José Estuasio Rivera, durante año y medio en un cuaderno de contabilidad, y llevada al universo literario por la Editorial Cromos, empresa bogotana fundada en 1918 como producto derivado de la conocida revista del mismo nombre que aún subsiste.
La editorial introdujo la novedad de incluir ilustraciones en sus publicaciones, las que en los primeros tiempos fueron grabados o fotografías a blanco y negro. De allí que La Vorágine sea la primera novela colombiana en contener 4 fotografías en sus páginas: una del autor, otra del personaje principal Arturo Cova, una más del anciano y sabio cauchero Clemente Silva y la de otro cauchero no identificado las cuales, ante la polémica que se suscitó, fueron sustituidas por el autor desde la quinta y sexta edición por mapas de las rutas que recorre la novela.
De modo que el pasado 24 noviembre de 2024 se cumplieron 100 años de haber sido publicada La Vorágine, que junto a Cien años de soledad de García Márquez, La María de Jorge Isaac, Las tribulaciones de Maqroll, el Gaviero de Álvaro Mutis, Chango, el gran putas de Manuel Zapata Olivella y Cuatro años a bordo de mí mismo de Eduardo Zalamea constituyen, a mi juicio, la columna vertebral de la importante y extensa producción literaria de novelas colombianas.
Años antes, en 1921, Rivera público un libro titulado Tierra de Promisión, compuesto por 55 sonetos que son, a mi entender, el germen de La Vorágine…, su punto de partida. En este poema, escrito 3 años antes de la novela, el autor describe una visión, sentimental y algo utópica, de la naturaleza y el paisaje como la tierra prometida presentándola como un lugar de belleza y armonía, con una visión geográfica de Colombia y quizá América, desde las montañas, los llanos y la selva.
Con un lenguaje evocador el autor describe una tierra de ensueño desde la selva y los bosques tropicales, las montañas y las llanuras. La obra poética transporta al lector a un mundo de fantasía y deseos, donde la realidad se disuelve en la ilusión. Tierra de Promisión, debe ser vista como un prólogo que establece el tono, el ritmo y la temática de La Vorágine. Es el preludio para entrar en un mundo de contrastes, donde el encanto y el desencanto, la ilusión y la realidad, se entrelazan.
La novela, por el contrario, es una cruda y desgarradora exploración de la realidad colombiana de fines del siglo XIX y principios del XX en la que la tierra de promisión se convierte en un paisaje devastado por la violencia, la corrupción y la destrucción.
El contraste entre el poema y la novela es impactante. Mientras el primero ofrece un refugio idealizado, la segunda nos sumerge en la crudeza de la realidad. Esta tensión entre ilusión y realidad es el eje central de toda la obra de José Eustasio Rivera en la que también nos invita a reflexionar sobre la condición humana.
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Una de las grandes virtudes de todo escritor, es encontrar como cautivar a los lectores con la primera frase de su obra.
A manera de invitación a leer o releer la obra de Rivera, destaco la primera frase de La Vorágine que es reconocida como uno de los mejores comienzos de obra literaria alguna durante todos los tiempos… “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar, y me lo ganó la violencia”
Pero como se trata de Tierra de promisión, por aquí dejo el primer verso del tercer soneto de la tercera parte del poema, con el que se abre la descripción de nuestros llanos y selvas…
“Atropellados, por la pampa suelta, los raudos potros en febril disputa, hacen silbar sobre la sorda ruta los huracanes en su crin revuelta”