
Familias protegen ecosistemas cerca de la represa de Chingaza a través de estrategia de Cormacarena
El aumento de incendios forestales y la disminución de lluvias en diferentes zonas del país, son crisis ambientales que afectan no solo a la fauna silvestre y los ecosistemas, sino también a las comunidades. Desde Cormacarena se continúan implementando estrategias que permitan asegurar la disponibilidad de los recursos naturales para las generaciones venideras.
El caso más reciente es el embalse de Chuza, más conocido como la represa de Chingaza, un importante ecosistema ubicado en el Parque Nacional Natural Chingaza. Actualmente, el nivel del embalse se encuentra en un 37 %, lo cual antes no se había presenciado y viene afectando directamente a la población bogotana, debido a que este embalse abastece a 10 millones de habitantes.
Frente a este panorama, Cormacarena ha logrado vincular a 40 familias campesinas a la estrategia de conservación Pagos por Servicios Ambientales en el complejo de páramos de Chingaza, integrado por los municipios de Cumaral, Restrepo, San Juanito y El Calvario. Una iniciativa que contribuye a la preservación de los ríos, bosques y quebradas ubicadas en zonas aledañas al embalse de Chuza, permitiendo que estos ecosistemas no se continúen deteriorando a causa de las malas prácticas ambientales.
A través de este incentivo económico de 350 mil pesos mensuales, la corporación avanza hacia un futuro más sostenible, rectificando su compromiso por disminuir los efectos negativos del cambio climático y generando conciencia, motivación y educación ambiental a las familias campesinas, para que comprendan la importancia de los recursos naturales, en especial el agua y el bosque, que son recursos vitales para la vida.