Economía frenada, sin cambio
Autor: David Mora, economista, Mgtr Economía del Desarrollo Metropolitano y Regional, docente universitario.
Se conocieron las cifras de crecimiento económico del país y los resultados no son alentadores, la economía en su conjunto está frenada, prácticamente en recesión.
Lo peor de los resultados económicos es la negativa del gobierno Petro a reconocer la realidad, lo que es un muy mal síntoma, ya que, sin autocrítica no hay corrección, y sin corrección no hay avance.
La economía lleva más de cuatro trimestres anualizados consecutivos “creciendo” a tasas cercanas a cero e incluso negativas. El 2023-II y 2023-IV cerraron con aumentos de la producción en 0,3%, mientras que el 2023-III decreció en -0.7% y, para 2024-I tan solo se creció 0.7%. Claramente algo no va bien.
Los resultados de 2024-I se explican, por variables de oferta, debido a una fuerte caída en la industria manufacturera del -5,9%. La cual cayó en absolutamente todos sus subsectores, con mayores caídas registradas en la fabricación de productos textiles (-13%) y Fabricación de muebles, colchones, somieres y otras industrias manufactureras (-8,3%).
Otras actividades económicas que registraron decrecimientos fueron las Actividades financieras y de seguros (-3%), Información y comunicaciones (-1,6%), Explotación de minas y canteras (-1,5%), Comercio al por mayor y al por menor (-0.8%) y Actividades profesionales y científicas (-0,2%).
Los resultados negativos prácticamente se igualaron con los resultados positivos de actividades económicas como la Administración pública, defensa, educación y salud (5,3%), Actividades artísticas y otros servicios (5,2%), Suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado (4,5%), Actividades inmobiliarias (1,7%), Construcción (0,7%) y, la Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (5,5%), con la mayor tasa de crecimiento.
Pero ni siquiera en la actividad que más creció todo es alegría, pues al detallar el comportamiento de sus subsectores durante el último año, se observa que el crecimiento de la actividad se debe a que tan solo dos subsectores crecieron, porque los otros tres cayeron. Los que jalonaron el crecimiento de la actividad fueron los Cultivos agrícolas transitorios y permanentes (9,3%) y la Ganadería (3,3%), celebra Fedegan. Mientras que, cayeron la silvicultura y extracción de madera (-12,8%), Pesca y acuicultura (-9,3%) y, Cultivos permanentes de café (-3,6%).
Con este panorama, no sorprende entonces que la tasa de desocupados en el país haya crecido del 10% al 11,3% de marzo de 2023 a marzo de 2024. En total, al menos 2,9 millones de colombianos están desocupados, unos 339 mil más que el año anterior.
Lo más sorprendente de los resultados, son las respuestas del gobierno nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro y otros funcionarios de alto nivel, como el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla y el director de Planeación Nacional, Alexander López.
El caso del presidente Petro es el más preocupante, al demostrar un alto desconocimiento de las cuestiones económicas. Él dice que propuso “un nuevo modelo de desarrollo económico” para el país, basado en “la producción y no en la extracción” y, “para ello agricultura, turismo e industria son fundamentales” y, celebra el crecimiento de dos subsectores como la agricultura (9,3%) y “el turismo extranjero” (7,6%).
Lo primero es que el turismo no es un sector de “producción” sino un servicio de “extracción” y, lo segundo es que, para hablar de desarrollo económico, es necesario hablar del desarrollo de las capacidades productivas, lo que implica la apropiación y avance en innovación, investigación, tecnología, organización del trabajo, articulación entre los distintos actores de la economía como la educación superior, tecnológica y técnica con el respaldo económico de gobierno, entre otros. Cosa que evidentemente no está ocurriendo debido que, la actividad económica que mayor desarrollo económico ha generado a distintos países en la historia mundial es la Industria Manufacturera, justamente la actividad que más cayó en el último año en el país.
Para el director de Planeación, “la inversión pública debe seguir impulsando el crecimiento e incentivando la inversión privada” y para el ministro de Hacienda, el país “alejó el fantasma de la recesión”. Ambas afirmaciones, por lo menos, son imprecisas y apresuradas. Veamos.
Cuando se observan los resultados por variables de demanda, del gasto, es evidente que la afirmación de Alexander López es incorrecta porque el Gasto de consumo final del gobierno general cayó -0,7%. En general la inversión, Formación bruta de capital cayó -13,4% y dentro de esta, la Formación bruta de capital fijo varió en -6,5% en el último año. Es claro que, por donde se mire, la inversión y el gasto público no impulsaron el crecimiento.
Igual que el director de Planeación, el ministro Bonilla también se equivoca. Debido a que, ningún “fantasma” se aleja en la oscuridad económica que vive el país. El ahorro bruto de la economía como porcentaje del PIB está por el suelo. A cierre del 2023 fue del 10%, mientras en 2019, antes de la pandemia, se ubicaba en 16% y en 2021, después de la pandemia, estaba en 13%. El déficit fiscal y el déficit en cuenta corriente son prueba de ello. El problema radica en que el ahorro está por debajo de la inversión, lo que implica que no se vislumbra reactivación. El fantasma sigue “vivito y coleando”, desafortunadamente.
La solución de corto plazo está, en palabras del profesor Eduardo Sarmiento, en implementar un modelo de oferta que eleve la producción y el ahorro por encima de la demanda y la inversión, lo que significa “bajar la tasa de interés y devaluar la moneda”.
En el mediano plazo y arrancando ya, hay todo por hacer. Desde la politica fiscal, a cargo del gobierno nacional, urge revertir la politica economica restrictiva que recorta el ahorro, como la reforma tributaria de 2022 y el indignante aumento del precio de la gasolina. Al tiempo que, se acelera la ejecución del presupuesto nacional, se activan aranceles en sectores estrategicos y se renegocian los TLC que quiebran nuestra producción y someten nuestro país al interes del capital financiero internacional, como el TLC con EEUU, una promesa de campaña que no se piensa cumplir.
Sin duda, estas políticas fiscales deben ir acompañadas de cambio de orientación de la política monetaria del Banco de la República, que reduzca la tasa de interés y devalúe la tasa de cambio, priorizando así en la producción y empleo nacional, sobre la rentabilidad del capital financiero como ordena el FMI.
En resumen, se debe cambiar el modelo, porque la economía sigue frenada con “crecimientos” cercanos a cero y los desocupados en ascenso. Un cambio, al menos en primera, porque como vamos, el cambio será en reversa.
Redes: @DavidMoraNar